Descripción
En la actualidad, los lixiviados están siendo utilizados para el control de plagas y alteraciones en la fisiología de las plantas. Se ha demostrado su potencial en la protección de cultivos en un amplio rango de enfermedades.
En cuanto a su composición microbiana, se determinó que bacterias, hongos y protozoarios son componentes del compost que junto con sustancias químicas, como fenoles y aminoácidos, inhiben las enfermedades a través de varios mecanismos: aumento en la resistencia de la planta a la infección, antagonismo y competición con el patógeno.
Poseen además gran abundancia y diversidad de microorganismos beneficiosos, por lo que no son considerados pesticidas; cuyo objetivo es el de competir con otros no beneficiosos por espacio, alimentación y su sitio de infección en caso de patógenos.
Una vez aplicado el lixiviado a la superficie de la hoja, los microorganismos benéficos ocupan los nichos esenciales y consumen los exudados que los microorganismos patogénicos deberían consumir, interfiriendo directamente en su desarrollo.
Entre los efectos de los lixiviados para la supresión de enfermedades podemos citar:
Inhibición de la germinación de las esporas en plantas enfermas.
Detención de la expansión de la lesión en la superficie de la planta.
Competición con los microorganismos por alimento y nutrientes.
Depredación de los microorganismos que causan enfermedades (Ej. Nematodos)
Eliminación de los organismos con producción de antibióticos.
Incremento de la salud de la planta y, con esto, su habilidad de defensa a las enfermedades.
Es importante para su conservación que se encuentren en un recipiente hermético que no permita la entrada de patógenos y no ser expuesto a altas temperaturas ni luz solar.